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jueves, 15 de agosto de 2024

INCURSION UCRANIANA SOBRE KURSK UN GOLPE MORAL A RUSIA

 

Claves de la incursión ucraniana en Kursk: "El objetivo es político, dejar en ridículo a las instituciones rusas"

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Claves de la incursión ucraniana en Kursk
Coches incendiados durante los combates en la región de Kursk, en Rusia. Kommersant Photo/Anatoliy Zhdanov via REUTERS
7 min.

La incursión de tropas ucranianas en la región rusa fronteriza de Kursk cumple este martes su octavo día sin que Moscú haya podido contrarrestarla. La operación militar ha provocado la evacuación de miles de personas tanto en Kursk como en la vecina Bélgorod, y Rusia se está viendo obligada a enviar refuerzos allí que serían más útiles en el frente.

Ucrania ha tardado una semana en reconocer oficialmente la incursión. Este lunes, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recibía el informe de sus jefes militares, que aseguran controlar ya 1.000 kilómetros cuadrados, algo difícil de comprobar. El presidente ruso, Vladimir Putin, no ha podido esconder su enfado: ha calificado el ataque de "gran provocación" y ha acusado a Occidente de "librar una guerra contra nosotros a través de los ucranianos".

Según fuentes ucranianas anónimas, el objetivo de la incursión es obligar a Rusia a retirar tropas del Donbás. Sin embargo, el objetivo real y factible es más político que militar, según los analistas consultados por RTVE.es. "La intención principal debe ser política: poner en ridículo a las instituciones rusas", asegura el almirante retirado Juan Rodríguez Garat.

Estas son algunas de las claves de la incursión en Kursk:

Factor sorpresa y un alcance indeterminado

La información disponible es poco clara y hasta este pasado lunes procedía exclusivamente de los rusos, porque los ucranianos no reconocían la operación.

Lo cierto es que el martes 7 de agosto entraron desde la región de Sumy tropas ucranianas con vehículos de combate de infantería y carros de combate. Desde entonces han logrado penetrar varios kilómetros en suelo ruso.

El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Ucranianas, Oleksandr Sirski, comunicó el lunes a Zelenski que las tropas controlaban 1.000 kilómetros cuadrados de suelo ruso y continuaban avanzando. "Continuamos la operación ofensiva en la región de Kursk", aseguró, en el primer reconocimiento oficial por parte ucraniana.

Por su parte, el gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, informó a Putin de que los ucranianos han tomado 28 localidades y han penetrado en un área de 12 kilómetros de profundidad y una amplitud de 40 kilómetros (por tanto, unos 480 kilómetros cuadrados).

Los blogueros rusos especializados en asuntos militares aseguran que los ucranianos intentan rodear la ciudad de Sudzha, un importante nudo gasístico, y que se están produciendo combates importantes en Korenevo y Martinovka.

Las autoridades rusas han evacuado a 121.000 civiles en Kursk, a los que se sumarán otros 59.000 en los próximos días, y a otros 11.000 en la región vecina de Bélgorod.

"Deduciendo de lo que se dice, deben haber entrado un par de batallones ucranianos, quizás como mucho 2.000 hombres, no más", ha explicado a RTVE.es el almirante retirado Juan Rodríguez Garat.

Ucrania lanza habitualmente ataques con drones o artillería contra las regiones rusas vecinas, en especial Bélgorod, y tampoco es la primera vez que hay incursiones terrestres. Pero hasta ahora estas últimas habían sido obra de compañías (apenas un centenar de hombres) formadas por voluntarios rusos que luchan al lado de Kiev. Este caso es diferente, pues se trata de una penetración de tropas del Ejército regular ucraniano, en mayor número y mejor equipadas, y que aún no ha podido ser rechazada.

Lo primero que llama la atención es cómo ha podido ocurrir, cómo Rusia no detectó la concentración de tropas enemigas al otro lado de la frontera. "Mientras Ucrania tiene que tener reforzada su frontera, porque puede esperar un ataque ruso en cualquier momento, en Rusia hasta ahora no era así —argumenta Garat—. Probablemente, no había fuerzas suficientes para retener un avance de ese tipo".

Según medios rusos, lo primeros en enfrentarse a las tropas ucranianas fueron policías y reclutas que hacían el servicio militar, y que ofrecieron poca resistencia.

Objetivo militar: obligar a Rusia a desviar reservas

"El ataque tiene un propósito militar, evidentemente: distraer a las fuerzas rusas, obligarlas a moverse" y enviar fuerzas a la región de Kursk, que además deberán permanecer allí, lo que puede obligar a los rusos a frenar sus avances en la propia Ucrania, en especial en el Donbás, explica Rodríguez Garat.

"Desde luego, las tropas que están en el frente no se van a mover porque tampoco es necesario —continúa el almirante—. Pero las tropas de la reserva operacional, que estaban preparadas para sustituir a las que se van desgastando en los ataques y cubrir huecos en el frente, esas sí que se van a mover a las fronteras, aunque no inmediatamente". Y esto, puntualiza, "no por el valor militar de la incursión en Ucrania, sino porque es una ofensa para las instituciones rusas la incapacidad aparente de defender sus propias fronteras".

Un alto funcionario de seguridad ucraniano, que ha hablado con la AFP bajo condición de anonimato, ha reconocido que la incursión tenía como objetivo inicial desviar las fuerzas rusas de las regiones ucranianas de Járkov y Donbás (este de Ucrania) para aliviar su presión sobre las fuerzas de Kiev. "El objetivo es estirar las posiciones del enemigo, infligirle el máximo de pérdidas, desestabilizar la situación en Rusia (...) y trasladar la guerra al territorio ruso", ha declarado.

Sin embargo, la misma fuente ha reconocido que por el momento "la presión en el Este continúa. No retiran sus tropas de esta zona", aunque la "intensidad" de los ataques rusos ha "bajado un poco".

La fuente militar ucraniana citada por AFP espera que tarde o temprano Rusia "detendrá" a las unidades ucranianas, pero si "después de un cierto tiempo, no logra retomar estos territorios, podrían ser utilizados con fines políticos", por ejemplo, durante unas eventuales negociaciones de paz.

Por el contrario, el almirante español descarta que Ucrania tenga capacidad para conservar el territorio sobre el que ahora se despliegan sus unidades en Kursk, y que esa sea su intención.

Las mañanas de RNE - Rodríguez Garat: "La incursión ucraniana en Kursk es un golpe moral" - Escuchar ahora

Objetivo político: una inyección de moral y el "ridículo" para Rusia

La fuente militar ucraniana citada por AFP asegura también que el ataque "cogió a los rusos con la guardia baja" y "realmente elevó nuestra moral". 

El sábado, antes de que Ucrania reconociera abiertamente que había entrado en Rusia, Zelenski agradeció a los soldados que habían ayudado a "llevar la guerra al territorio del agresor" y "restablecer la justicia". "Garantiza exactamente el tipo de presión que se necesita sobre el agresor", dijo Zelenski en un mensaje a la nación.

"La intención fundamental debe ser probablemente política —considera Rodríguez Garat—. Es poner un poco en ridículo a las instituciones rusas que todos los días aseguran que la guerra está ganada". Con la incursión en Kursk, abunda, Ucrania quiere "dejar a Putin por mentiroso, aumentar su prestigio, convencer a los ucranianos de que tienen todavía cartas en la mano y convencer al mundo de que la causa de Ucrania no está perdida y que merece la pena seguir apoyándoles".

El profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Burgos Juan Tovar coincide en que el principal efecto de la incursión en Kursk es "reforzar la moral no solo en las tropas, sino entre la propia ciudadanía ucraniana, que cada vez es más escéptica sobre hasta dónde se puede llegar para ganar el conflicto, y cada vez es más favorable a una negociación con Rusia".

Tovar, en declaraciones a RTVE.es, subraya el factor de política exterior y en especial la relación con las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. "En el caso del Partido Republicano, en Estados Unidos hay una posición bastante escéptica sobre lo que Ucrania va a poder conseguir. Entonces, los ucranianos entienden que no es lo mismo ver un estancamiento, como hasta ahora, con ciertos avances rusos y pérdida de territorio ucraniano, que ver que las tropas ucranianas todavía pueden realizar avances y algún tipo de acciones innovadoras frente a Rusia", argumenta.

Las repercusiones: las tropas ucranianas deben asegurar su huida

Sin embargo, pese al éxito inicial, los efectos de la operación pueden volverse contra Ucrania.

"En el nivel estratégico, está la posibilidad de que la guerra escale —explica Rodríguez Garat—. Pero no parece que Putin tenga la menor intención, porque sería reconocer la derrota de su operación, especialmente en el espacio informativo ruso".

El almirante menciona como prueba el hecho de que el Kremlin no haya declarado el estado de alarma ni la ley marcial en la región de Kursk, sino una "operación antiterrorista", en la que la defensa está en manos de la Guardia Nacional y del Servicio Federal de Seguridad (FSB).

El principal riesgo para los ucranianos será táctico: tienen que evitar que sus tropas queden aisladas en territorio ruso, o que al retirarse los rusos penetren a su vez por la frontera con la región ucraniana de Sumy.

"Si esas fuerzas son capaces de retirarse en el momento oportuno para hacerlo con muy pocas bajas, pero no demasiado presionados, la operación habrá sido un éxito —resume Rodríguez Garat—. Si no se retiran bien, pueden perder lo ganado. Imagino que por ocasiones anteriores, esta es una lección que Ucrania ya ha aprendido".

W.R.EN.S LAS HÉRONIAS DESCONOCIDAS DEL DESEMBARCO DE NORMANDIA

 

Las ‘Wrens’, las heroínas poco conocidas de las operaciones del Desembarco de Normandía

El Desembarco de Normandía no fue solo un asunto de hombres. Las mujeres también prepararon meticulosamente esta gigantesca operación militar, en particular las integrantes del Women's Royal Naval Service (WRNS), la rama femenina de la Royal Navy. Un fotógrafo británico nos revela su trayectoria y su compromiso, 80 años después.

Estas siete mujeres fueron miembros del Women's Royal Naval Service (WRNS, también conocido como "Wrens"), la rama femenina de la Marina Real, durante la Segunda Guerra Mundial.
Estas siete mujeres fueron miembros del Women's Royal Naval Service (WRNS, también conocido como "Wrens"), la rama femenina de la Marina Real, durante la Segunda Guerra Mundial. © Estudio Gráfico FMM / Robin Savage
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Eran telegrafistas, radaristas, analistas de armamento y telémetros, pilotos de transporte, electricistas y mecánicas.

En su apogeo en 1944, el Women's Royal Naval Service (WRNS, comúnmente conocido como Wrens), la rama femenina de la Royal Navy que contaba con hasta 74.000 miembros, trabajaban en más de 200 empleos diferentes.

Durante la Segunda Guerra Mundial, 303 de ellas perdieron la vida.

Tras rendir homenaje a las últimas libertadoras del Día D hace diez años, el fotógrafo británico Robin Savage ha decidido destacar el papel de estas mujeres con motivo del 80º aniversario del Día D. En un encuentro organizado en Londres por la Wrens Association, pudo retratar a siete de ellas que participaron en las operaciones del 6 de junio de 1944 y esto explicó:

Me encantó poder fotografiarlas y ayudar a compartir su historia. Nunca debemos olvidar la contribución vital de las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial. Basta con escuchar a estas extraordinarias mujeres contar sus historias de guerra durante un breve instante para recordarlo

  • Christian Lamb, 103 años, teniente tercera

Christian Lamb tiene 103 años. Fue tercera teniente de los Wrens.
Christian Lamb tiene 103 años. Fue tercera teniente de los Wrens. © Robin Savage

Christian Lamb fue una de las primeras mujeres británicas en alistarse en el Women's Royal Naval Service al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Ascendida a teniente tercera, fue enviada a Belfast (Irlanda) para trabajar en la sala de operaciones del castillo donde tenía su base la marina. Fue desde este puerto donde muchos buques participaron en la escolta de convoyes a través del Atlántico.

A principios de 1944, fue destinada al Cuartel General de Operaciones Combinadas de Richmond Terrace, en el centro de Londres. “Mi trabajo consistía en elaborar mapas de futuros desembarcos. Éramos muchos trabajando en piezas individuales de este enorme rompecabezas, pero ninguno de nosotros sabía o comentaba lo que hacían los demás”, explica Christian Lamb.

Para esta antigua oficial, fue “un trabajo intenso y emocionante”. “El Día D llegó a las 6 de la mañana del 6 de junio de 1944. Cuando oí el anuncio por la radio, me alegré de ver que habíamos conseguido poner en marcha los planes que tantas mentes brillantes habían previsto durante tanto tiempo. Ese fue el comienzo de la campaña para ayudar a los franceses a recuperar su país”.

  • Dorothea Barron, 99 años, señaladora

Dorotea Barrón tiene 99 años. Sirvió de 1942 a 1945 como guardagujas.
Dorotea Barrón tiene 99 años. Sirvió de 1942 a 1945 como guardagujas. © Robin Savage

Antes del Día D, Dorothea Barron estuvo en Escocia, donde enseñó a los marineros a utilizar el código Morse con una luz intermitente. También participó en las pruebas de los puertos Mulberry, los puertos prefabricados que se utilizaron tras el desembarco de Normandía para abastecer a los Aliados.

En aquel momento, no tenía ni idea de que estaba participando en los preparativos de la Operación Overlord. Dorothea recuerda cómo, de la noche a la mañana, cientos de barcos y marineros de todas partes se marcharon de repente

  • Dorothy Smith, 100 años, editora


Dorothy Smith tiene 100 años. Sirvió desde febrero de 1944 hasta septiembre de 1946.
Dorothy Smith tiene 100 años. Sirvió desde febrero de 1944 hasta septiembre de 1946. © Robin Savage

Durante la Segunda Guerra Mundial, Dorothy Smith fue editora del Women's Royal Naval Service. Se encargaba de llevar un registro de las cuentas y los movimientos del personal militar. Cuando se produjo el Día D, trabajaba en Portsmouth, un puerto del sur de Inglaterra.

Recuerda haber visto grandes convoyes militares a lo largo de la costa sur el 5 de junio, como preparación para el Día D. Al día siguiente, todo estaba en calma, ya que el ejército se había retirado. Al día siguiente, todo estaba tranquilo porque los barcos se habían marchado.

  • Hazel Picking, 98 años, señaladora

Hazel Picking est âgée de 98 ans. Elle a servi en tant qu'aiguilleur de 1942 à 1945.
Hazel Picking tiene 98 años. Sirvió como guardavía de 1942 a 1945. © Robin Savage

Hazel Picking se alistó en el Women's Royal Naval Service cuando sólo tenía 17 años. Fue responsable de la señalización de buques durante la Segunda Guerra Mundial en Hampshire. Trabajó con los torpederos de la Royal Navy con base en el Solent, la ensenada del Canal de la Mancha entre la isla de Wight y Gran Bretaña.

La víspera del Día D, mirando al mar, recuerda que había tantos barcos que habría sido posible cruzar a pie hasta la isla. Al día siguiente, todos habían desaparecido en dirección a Normandía. Ochenta años después, sigue llevando con orgullo su sombrero de Wrens.

  • Marie Scott, 97 años, telefonista

Marie Scott tiene 97 años. Fue telefonista de los Wrens durante la Segunda Guerra Mundial.
Marie Scott tiene 97 años. Fue telefonista de los Wrens durante la Segunda Guerra Mundial. © Robin Savage

Marie Scott ingresó en el Women's Royal Naval Service como operadora de centralita porque tenía experiencia como telefonista. Pronto se encontró trabajando en el Cuartel General Aliado (SHAEF) en Fort Southwick, cerca de Portsmouth.

El Día D, cuando sólo tenía 17 años, su equipo estaba directamente conectado con las fuerzas de desembarco en Normandía. Marie era responsable de transmitir mensajes vitales a los oficiales que llegaban a las playas. Recuerda haber oído de fondo el fragor de la batalla. Esos sonidos, especialmente estremecedores, la acompañaron durante toda su vida.

  • Patricia Owtram, 100 años, operadora de interceptación lingüística

Patricia Owtram tiene 100 años. Fue lingüista de interceptación.
Patricia Owtram tiene 100 años. Fue lingüista de interceptación. © Robin Savage

Patricia Owtram recuerda su ingreso en el Women's Royal Naval Service cuando sólo tenía 18 años, en 1942. Le atraía la perspectiva de ocupar un puesto normalmente ocupado por un oficial de la marina. Hablaba alemán con fluidez y se le encomendó la tarea de interceptar señales marítimas enemigas y suministrarlas a Bletchley Park.

Fue en esta finca de Buckinghamshire, en el centro de Inglaterra, donde se descifraron los cifrados y códigos de varios países del Eje, incluidos los de la máquina Enigma alemana. Este lugar de descifrado, donde trabajó el matemático Alan Turing, fue una parte crucial del esfuerzo bélico de los Aliados.

Tras el conflicto, Patricia se convirtió en una reputada periodista y escribió una autobiografía con su hermana Jean, agente del Special Operations Executive (SOE) -servicio secreto británico-, titulada ‘Codebreaking sisters’ (Mirror Books).

  • Ruth Bourne, 98 años, operadora en Bletchley Park

Ruth Bourne tiene 98 años. Era operadora en Bletchey Park, el lugar donde se descifraban las transmisiones alemanas.
Ruth Bourne tiene 98 años. Era operadora en Bletchey Park, el lugar donde se descifraban las transmisiones alemanas. © Robin Savage

A los 17 años, Ruth Bourne fue una de las personas más jóvenes en trabajar en la Estación X, de Bletchley Park, una estación secreta de interceptación de radio, pero también una estación de transmisión.

Era operadora de ‘la bomba’, un dispositivo electromecánico cuyo trabajo consistía en encontrar los ajustes diarios de las máquinas Enigma en las distintas redes de telecomunicaciones militares alemanas.

Recuerda que trabajaba horas y horas sin vida social, de pie todo el día y con poco tiempo para descansar. Ruth no hacía preguntas sobre sus tareas. Desde su primer día de trabajo hasta el final de su estancia en Bletchley Park, hizo lo que le dijeron. Hoy se siente satisfecha de haber contribuido a descifrar los códigos alemanes.

UCRANIA DERRIBA UN Su-34 RUSO

 

Ucrania derriba uno de los cazas más valiosos del Ejército ruso: «Los cielos de Kursk están ahora más despejados»

El avión de combate Su-34 operaba bajo el nombre de 'Zaguero' y fue utilizado para bombardear ciudades ucranianas desde el inicio de la guerra


Uno de los cazas rusos Su-34 abc

AGENCIAS

Las fuerzas ucranianas han derribado un avión de combate ruso Su-34 que sobrevolaba el óblast de Kursk durante su incursión en el territorio, según reportan fuentes oficiales ucranianas. Se trata de uno de los dispositivos aéreos más valiosos bajo la posesión del Kremlin. «Los cielos de Kursk están más despejados ahora», comunicó el general ucraniano Oleksánder Sirskyi en Telegram.

El bombardero ruso, conocido bajo el nombre de 'Zaguero', tenía un valor que rondaba los 35 millones de euros y se utilizó en numerosas ocasiones para conducir ataques sobre ciudades ucranianas. El derribo del aparato coincide con el establecimiento por parte de Ucrania de sistemas de defensa aérea adicionales en la frontera con Rusia mientras la incursión continúa por octavo día consecutivo.

Según las fuerzas ucranianas, los sistemas antiaéreos han alcanzado y derribado también otro avión Su-34, aunque no existe confirmación al respecto. Otro dron de control remoto manejado por Kiev alcanzó un helicóptero militar ruso en pleno vuelo, y las tropas ucranianas comunican haber derribado otro helicóptero de la misma manera en el inicio de la operación, refiriéndose a ello como «el primer ataque exitoso de este tipo en la historia».

El portavoz del Ministerio de Asuntos Externos de Ucrania, Heorhii Tykhyi, declaró el 13 de agosto que el objetivo principal de la incursión es prevenir el envío de más tropas al Donbass por parte de Moscú. La operación busca también desestructurar la logística bélica rusa y frenar los ataques fronterizos mediante ráfagas de fuego a larga distancia por parte de Ucrania.

Tras más de una semana de duración de la incursión, 'Wall Street Journal' reporta que Rusia está retirando parte de sus tropas de territorio ucraniano para intentar mantener el avance de las fuerzas ucranianas bajo control. El presidente ruso Vladímir Putin, por su parte, ha advertido de una «respuesta digna» a los ataques, además de acusar a los «maestros occidentales» de Ucrania de estar detrás de la ofensiva.

jueves, 8 de agosto de 2024

LAS ARMAS NUCLEARES 79 AÑOS DEPUÉS DE HIROSIMA

 

La armas nucleares a debate 79 años después de Hiroshima

La amenaza del uso de armas nucleares no está “confinada a los libros de historia”, sino que es un “peligro real y presente”, dice Guterres

07 de Agosto de 2024
Actualizado a la 13:25h
Hiroshima después de que Estados Unidos lanzara una bomba nuclear el 6 de agosto de 1945. | Foto: ONU/Mitsugu Kishida
Hiroshima después de que Estados Unidos lanzara una bomba nuclear el 6 de agosto de 1945. | Foto: ONU/Mitsugu Kishida

El Secretario General de la ONU, António Guterres, ha hecho un llamamiento al desarme nuclear cuando el mundo conmemora los 79 años del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, prometiendo que la ONU “no escatimará esfuerzos para garantizar que los horrores de aquel día no se repitan jamás”.

El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó una bomba apodada Little Boy sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, en plena Segunda Guerra Mundial. El bombardeo causó una inmensa devastación que mató e hirió a decenas de miles de personas.

Guterres insistió en que la amenaza del uso de armas nucleares no está “confinada a los libros de historia”, sino que es un “peligro real y presente” en la actualidad, que vuelve a asomar “en la retórica cotidiana de las relaciones internacionales”.

Una guerra nuclear nunca puede ganarse

En la ceremonia de recordación en la ciudad japonesa, la encargada de Desarme, Izumi Nakamitsu, dijo en nombre del Secretario General que las lecciones de Hiroshima, que fomentan el desarme y la paz, han sido “dejadas de lado”, pero reconoció los esfuerzos del pueblo de Hiroshima para garantizar que las armas nucleares no vuelvan a utilizarse nunca más.

Nakamitsu insistió además en que el uso de armas nucleares es inaceptable y sostuvo “una guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse”.

Agregó que la desconfianza y la división mundiales han aumentado, “pero debemos asegurarnos de no volver a tentar a la suerte”, enfatizó.

“Algunos están haciendo sonar imprudentemente el sable nuclear una vez más”, acotó. “El mundo debe permanecer unido para condenar este comportamiento inaceptable”.

No más Hiroshimas, no más Nagasakis

De cara a la Cumbre del Futuro que se celebrará en Nueva York el mes próximo, el Secretario General afirmó que se trata de una “oportunidad crucial para que los gobiernos renueven su compromiso con el multilateralismo, el desarrollo sostenible y la paz, y adopten un Pacto para el Futuro factible”. Aseveró que la prevención de conflictos, el desarme y un mundo libre de armas nucleares deben estar en el centro de estos esfuerzos. “Nunca olvidaremos las lecciones del 6 de agosto de 1945”, recalcó. “No más Hiroshimas. No más Nagasakis”.Nakamitsu hizo eco de ese mensaje en una declaración en X, en la que refrendó su determinación de “seguir trabajando por un mundo sin armas nucleares. Por la seguridad de todos los pueblos”.

 

 

PRISIONEROS ESPAÑOLES EN LA GUERRA DE CUBA

 

«Ayer me dieron por muerto tres veces»: así vivieron el desastre de Cuba los héroes de España

Han llegado hasta nosotros las cartas familiares y los relatos contados en primera persona por los marinos de la batalla naval de Santiago de Cuba escritos tras la derrota, mientras estaban prisioneros


Montaje del almirante Cervera, en 1894, con las cartas que escribió ABC

En noviembre de 2019, los Reyes de España viajaron a Santiago de Cuba para rendir homenaje al almirante gaditano Pascual Cervera y Topete, héroe de la guerra de Cuba, y a los militares que bajo su mando murieron en el combate naval del 3 de julio de 1898 para defender la última provincia española en ultramar. Don Felipe y Doña Letizia acudieron al Castillo del Morro de San Pedro de la Roca, donde un relator leyó el siguiente texto:

«Hoy, en esta Fortaleza del Morro, que durante tanto tiempo fue baluarte español de la ciudad de Santiago de Cuba, rendimos homenaje a los marinos españoles que perdieron la vida en combate en 1898. La heroica actuación de los miembros de la Armada Española, guiada siempre por la lealtad y el amor a España, será recordada como un ejemplo de coraje, valor y honor».

Para saber cómo vivieron realmente el almirante Cervera y sus hombres aquel episodio final de la Guerra de Cuba, han llegado hasta nosotros varios testimonios como el relato que Cervera escribió en el parte de guerra o las cartas que el médico de su tripulación envió a su familia. Documentos que aparecieron en 2018 en la casa gaditana del bisnieto de Alejandro Lallemand (Cádiz, 1857), primer doctor de la Armada y testigo de aquel combate junto al famoso almirante.

«La jornada del 3 de julio de 1898 ha sido un desastre horroroso, como yo había previsto», advertía el almirante Cervera en el mencionado parte de la batalla naval de Santiago de Cuba, según la versión original escrita a pluma y lápiz a la que tuvo acceso este diario. Todo apunta a que fue el galeno quien la transcribió durante los dos meses que ambos pasaron cautivos en Estados Unidos, con el objetivo de tener una copia de seguridad para cuando regresaran a España.

«El deber cumplido»

«La patria ha sido defendida con honor. La satisfacción del deber cumplido deja nuestras conciencias tranquilas, con solo la amargura de lamentar la pérdida de nuestros queridos compañeros y las desdichas de la patria», subrayaba Cervera sobre aquella batalla que generó, además, un debate tremendo entre los intelectuales de la Generación del 98. Es la crónica de la batalla contada «in situ» y con todo detalle, desde los incendios de cada buque hasta la muerte de los marinos, pasando por el rescate de los supervivientes y el hundimiento de los navíos.

Aquel fatídico 3 de julio en que España lo perdió todo, comenzó por la mañana, cuando el almirante Cervera reunió a los miembros de su escuadra en el puerto de Santiago de Cuba y les comunicó lo siguiente: «Ha llegado el momento solemne de lanzarse a la pelea. Así nos lo exige el sagrado nombre de España». Ante la evidente superioridad de la flota estadounidense, que había bloqueado su plaza un mes antes, los marinos de los cuatro cruceros (Infanta María Teresa, Vizcaya, Cristóbal Colón y Oquendo) y de los dos destructores (Furor y Plutón) se extrañaron de la orden. Pero Cervera estaba convencido, por lo que añadió: «El enemigo codicia nuestros viejos y gloriosos cascos. Para ello ha enviado contra nosotros todo el poderío de su joven escuadra. Pero solo las astillas de nuestras naves podrán tomar, solo conseguirán arrebatarnos nuestras armas cuando, cadáveres ya, flotemos sobre estas aguas que han sido y son de España. ¡Hijos míos! El enemigo nos aventaja en fuerzas, pero no nos iguala en valor. ¡Clavad las banderas y ni un solo navío prisionero!».

Uno de los que se extraño de la decisión casi suicida de Cervera fue Lallemand, el mencionado médico, que se pasó más de ocho años navegando por los mares de China y las Antillas hasta el funesto momento que aquí les narramos. Fue el episodio más difícil que le toco vivir, hasta el punto de que su nombre apareció, incluso, en la relación de fallecidos publicada por la prensa española.

«Ayer me dieron por muerto»

ABC tuvo acceso a las cartas en 2019, en exclusiva, a través de la donación que le hicieron los descendientes a Antonio Pérez Henares. El médico se las envió a su mujer en los días posteriores al «desastre», donde describía con todo detalle lo ocurrido. Una de ellas está fechada el 4 de julio de 1898 , un día después de la célebre batalla naval que acabó con la vida de 332 marines españoles e hirió a otros 197. «Ayer me dieron por muerto, ahogado, y casi lo estuve tres veces, pero cuando ya había perdido toda esperanza de salvación, la providencia me socorrió poniendo a mi alcance los restos de un bote destrozado», cuenta.

Se trata de un minucioso y ordenado relato personal sobre los meses anteriores y posteriores a este importante episodio que el médico escribió con su propia mano. Unas misivas que empiezan en abril de 1898, nada más zarpar de Cádiz y antes de que Estados Unidos les declare la guerra, hasta el 1 de septiembre en que fue liberado y enviado de vuelta a casa. «Queridísima Vicenta de mi alma, un milagro de la Virgen Santa me salvó ayer de la horrenda catástrofe de la escuadra. Gracias a que Dios veló por mí, puedo ahora escribirte y podré abrazarte pronto a ti y a nuestros hijos», explica a su esposa.

Lallemand viajaba precisamente en el buque de Cervera, el Infanta María Teresa . A la pregunta de por qué salieron del puerto si las posibilidades de escapar eran escasas, la respuesta dada por el almirante fue porque se lo ordenaron. Así lo refleja al comienzo del parte: «En cumplimiento de las órdenes de vuestra excelencia ilustrísima, con la evidencia de lo que había de suceder y tantas veces había anunciado, salí de Santiago de Cuba con toda la escuadra». Una decisión que el almirante ya había calificado antes de «desastrosa». «Vamos a un sacrificio tan estéril como inútil. Y si en él muero, como parece seguro, cuida de mi mujer y de mis hijos», le advirtió a su hermano en una carta anterior.

«Recibió un proyectil»

Según explica Cervera en este mismo parte, sus buques «salieron del puerto (a las 9.30 horas) con una precisión tan grande, que sorprendió a nuestros enemigos, los cuales nos han hecho muchos y entusiastas cumplimientos sobre el particular». Cuenta después que, a los cinco minutos, el Infanta María Teresa abrió fuego sobre un acorazado norteamericano con la intención de dirigirse luego «a toda fuerza de máquina» sobre el Brooklyn , el navío más rápido del enemigo.

Sin embargo, el buque de Cervera y Lallemand «recibió un proyectil y le rompió un tubo de vapor auxiliar». «Nos hizo perder velocidad y, al mismo tiempo, recibimos otro que rompió un tubo de la red de contraincendios. El buque se defendía valientemente del nutrido y certero fuego enemigo, pero no tardó mucho en caer herido el valiente capitán Concas [...]. Tras realizar la salida, el combate se generalizó con la desventaja, no solo del número, sino también del estado de nuestra artillería y de las municiones de 14 centímetros que usted conoce por el telegrama que le puse».

Lallemand, por su parte, contaba en sus cartas que con las dos primeras bombas recibidas por su buque, se amontonaron en su enfermería más de 40 heridos. La mayoría presentaban graves amputaciones. Era solo el comienzo de cuatro horas de enfrentamientos que solo produjeron una víctima mortal y varios heridos en el bando estadounidenses.

A lo largo del parte de Cervera y de los transmitidos desde el resto de los cruceros y destructores españoles, las escenas se describen también con mucha crudeza. «El aspecto del buque era imponente, porque se sucedían las explosiones y estaba para aterrar a las almas mejor templadas. Nada absolutamente creo que pueda salvarse. Nosotros lo hemos perdido todo, llegando la mayoría absolutamente desnudos a la playa», reconoce el almirante sobre el Infanta María Teresa.

Prisioneros

Durante el salvamento de este buque murió el médico segundo del navío, Julio Díaz Navarro, y Lallemand sufrió una fuerte contusión en el abdomen que le produjo una hemorragia interna y fiebre. Aún así, el galeno no abandonó su puesto hasta poner a salvo a todos los heridos en cubierta, cuando el buque ya era pasto de las llamas. Después se arrojó al mar y la hélice del barco estuvo a punto de succionarle, como le ocurrió a cuatro de sus compañeros. Lallemand se escapó milagrosamente, como señala en la carta, «hasta que me vio un barco americano y mandó un bote a recogerme. Entonces quedé prisionero».

Se cumplían los peores presagios que el médico había ido plasmando en la correspondencia a su esposa, donde ya intuía la tragedia que finalmente sufrió su escuadra . En una de sus primeras misivas, la del 16 de abril de 1898, le comunica que le ha enviado sus pertenencias más valiosas desde San Vicente de Cabo Verde por lo que pueda pasar. Y después hace el siguiente comentario por el sexto hijo que acaban de tener: «Recibo noticias que ha sido un niño muy negrillo y chatito. Dios quiera que pueda besarlo pronto».

El 24 de abril de 1898, solo un día antes de que se hiciera oficial la declaración de guerra entre España y Estados Unidos, Lallemand describía así la situación: «Desgraciadamente ya no queda esperanza de que la cuestión tenga una solución pacífica. Esta noche se ha recibido ya del Gobierno la noticia oficial de la declaración de guerra. La orden del Gobierno es que salgamos para Puerto Rico (...). Dios nos proteja, porque, de otro modo, la inferioridad grandísima de nuestros navíos nos hará llevar la peor parte. ¡Dios quiera que llegue una orden suspendiendo el viaje y mandándonos a Cádiz!». Obviamente, nada de eso ocurrió.

La enfermería

Según un estudio publicado por el coronel médico Juan Manuel García-Cubillana en 2006, las condiciones sanitarias de la escuadra del almirante Cervera dejaban mucho que desear. De hecho, el espacio reservado a la enfermería dentro de cada buque era minúsculo y estaba en penumbra, cerca de la quilla, sin ventilación ni medios de acceso. El personal sanitario se componía de ocho médicos, dos en cada barco.

El mismo Lallemand se queja de la pésimas condiciones del viaje: «Te estoy escribiendo casi a oscuras por una avería en la luz eléctrica, pues solo tengo el final de una vela». Y también de las pocas noticias que le llegan desde España: «Pasan días y semanas y, mientras llegan cartas para todos, aquí sigo yo sin saber nada de ustedes, en el estado de ánimo que te puedes imaginar. No puedo comprender en qué consiste, pero temo que, desgraciadamente, se fundamente en que las noticias que me tengan que dar sean malas». No se equivocaba: durante su ausencia, su padre y uno de sus hijos habían muerto en Cádiz.

Aún así, y en los peores momentos de la batalla de Santiago de Cuba, Lallemand siempre demostró que estaba dispuesto a sacrificarlo todo por su país. Lo demostró cuando renunció a la libertad que le correspondía por ser médico, contemplada en el Convenio de Ginebra de la Cruz Roja, tras ser hecho prisionero. No quiso dejar solos a sus compañeros heridos y continuó atendiendo a «60 o 70 enfermos de una epidemia de fiebre que se había desarrollado entre nuestra gente, al ser ya insuficientes los médicos yanquis».

El rescate

Una suerte parecida corrieron el Colón, el Furor, el Plutón, el Vizcaya y el Oquendo. En el parte de este último, fechado en el fatídico 3 de julio, puede leerse: «Cuando el valiente comandante vio que no podía dominar el incendio y que no tenía ningún cañón en estado de servicio, decidió embarrancar, mandando previamente disparar todos los torpedos por si se acercaba algún buque enemigo (...) El rescate de los supervivientes fue organizado por su comandante, que ha perdido la vida por salvar la de sus subordinados».

Lallemand y Cervera quedaron en libertad en septiembre de 1898. El médico atracó en Cádiz el día 12. Por sus servicios en Portsmouth, el lugar donde permaneció cautivo junto a sus compañeros, recibió la Cruz Blanca del Mérito Naval, pero poco más de tres años después falleció en su casa a los 45 años. La causa: una peritonitis crónica, secuela del traumatismo abdominal que había sufrido en la batalla naval de Santiago de Cuba.

El almirante Cervera no murió hasta 1909, a los 70 años de edad, después de ocupar varios cargos importantes en el Gobierno español. Fue inhumado en el Panteón de Marinos Ilustres, cinco años después, y hasta bautizaron un buque de la Armada con su nombre. También se ganó su calle en Barcelona, hasta que el Ayuntamiento de Ada Colau decidió quitársela en 2018.

Miles de páginas se han escrito en los últimos 120 años para tratar de explicar lo sucedido en la famosa batalla naval de, pero aquí están los relatos de primera mano contados por sus propios protagonistas, hace más de 120 años. «Sé que os extraña esta ropa de gala, porque es impropia en combate, pero es la que vestimos los marinos de España en las grandes solemnidades. Y no creo que haya momento más solemne en la vida de un soldado que aquel en que se muere por la patria», comentó el almirante Cervera en la arenga antes de salir a combatir.

miércoles, 7 de agosto de 2024

AZOVSTAL LOS HÉROES

 

La vida después del infierno de los defensores de Azovstal

UCRANIA: UN AÑO DE GUERRA

La guerra en Ucrania, recordamos uno de los capítulos más dramáticos del conflicto: la caída de Mariúpol y el asedio que sufrió la acería de Azvostal. Y hemos rastreado cómo ha sido la vida de algunos de sus defensores, héroes para Zelenski, tras ser liberados de los meses de duro cautiverio ruso


La cantante Kateryna Polishchuk, el pianista Mykhailo Dianov, Proponenko, uno de los líderes del batallón Azov; y otros combatientes que defendieron Azovstal durante el asedio o atendieron a los heridos ABC

La ocupación a sangre y fuego de la ciudad de Mariúpol y el asedio de la acería Azovstal representan dos de los momentos más dramáticos de la guerra en Ucrania. Azovstal, un complejo bajo el que se esconde un laberinto de túneles que funcionaron como búnkeres para miles de personas, fue el último reducto en caer antes de que Rusia declarara la ocupación completa de Mariúpol, ciudad que semanas antes fue escenario de bombardeos contra edificios civiles, como un hospital infantil o el Teatro Dramático Regional de Donetsk.

Durante los meses que duró el asedio a la acería trascendieron con cuentagotas las llamadas de auxilio desde el interior, donde los civiles y los militares ocupaban espacios separados, pero todos sufrían las mismas penurias: falta de alimento, de agua, electricidad.

La mediación de la Cruz Roja y de la ONU permitió la evacuación de cientos de civiles el 6 de mayo, pero la resistencia militar se mantuvo: sabían que el mundo miraba y que esto era una prueba de fuerza y coraje frente a Putin. Pero salvar vidas fue la prioridad del Gobierno de Zelenski, que ordenó dejar de defender el enclave y evacuar el lugar.

El 20 de mayo Rusia anunciaba la rendición de Azovstal. Mientras los civiles eran evacuados, los militares fueron enviados a la colonia Olenivka, situada en Donetsk, bajo control ruso.

A lo largo del conflicto se han producido varios intercambios de prisioneros entre Rusia y Ucrania. El mayor tuvo lugar el 21 de septiembre, cuando fueron liberados 215 defensores ucranianos. Entre ellos había una paramédico, un centenar de soldados y varios líderes del Regimiento Azov. Meses después de estos intercambios, ABC ha querido saber cómo fue el regreso a la libertad de esos héroes de Azovstal, como los califica Zelenski. A través de las redes sociales y de entrevistas hemos rastreado algunas de sus historias.

Mykhailo Dianov, sargento mayor de la 36ª Brigada Azov

Tras varias operaciones para recuperar su brazo quiere volver al frente

Mykhailo Dianov es quizá el icono de los defensores de Azovstal. Su imagen como combatiente, con barba poblada y unos grandes ojos azules, fue retratada por la cámara del oficial de prensa del Regimiento Azov, Dmytro Kozatsky, conocido como 'Orest'. Detenido por los rusos tras caer la acería, Dianov permaneció cautivo en la colonia penal de Olenivka, en Donestk, desde mayo hasta el 21 de septiembre de 2022. Cuando salió, su aspecto era irreconocible: había perdido 40 kilos de peso y tenía un brazo completamente inutilizado. Reflejaba en carne propia los horrores de la guerra. «Era imposible comer. Te daban 30 segundos para cada comida. En 30 segundos tenías que comer todo lo que pudieras», relató Dianov al canal Sky News tras su liberación. Necesitó engordar 20 kilos para poder ser sometido a una operación para recuperar su brazo.

Septiembre de 2022

Diciembre de 2023

Imagen después - Dianov, tras ser liberado. Y unos meses después en Washington, tras haberse sometido a varias operaciones y a rehabilitación en un hospital de EE.UU.
Imagen antes - Dianov, tras ser liberado. Y unos meses después en Washington, tras haberse sometido a varias operaciones y a rehabilitación en un hospital de EE.UU.
Dianov, tras ser liberado. Y unos meses después en Washington, tras haberse sometido a varias operaciones y a rehabilitación en un hospital de EE.UU.

Enviado a EE.UU., Dianov, que antes de la guerra era pianista, fue operado (la intervención la pagó el multimillonario ucraniano Rinat Ajmétov, dueño del club de fútbol Shakhtar Donetsk), que le fue reconstruido con otras partes del cuerpo. Tras meses de convalecencia, en diciembre viajó a Nueva York y Washington, donde se le pudo ver bastante recuperado. A finales de diciembre regresó a su pueblo natal, Ternópil (Ucrania), donde se reunió con su familia. El pasado mes de enero tenía previsto viajar a Turquía, según explicó durante una entrevista concedida en Ternópil, para continuar con su rehabilitación con el equipo de fisoterapia del Shakhtar; y en febrero pensaba volar de vuelta a EE.UU. para continuar con su tratamiento médico y seguir pidiendo ayuda militar para Ucrania. «Tengo que volver a EE.UU. porque tengo una misión inconclusa. La de demostrar a los estadounidenses que la guerra en Ucrania se ha prolongado por falta de armas. Cuantas más armas americanas -las mejores del mundo- tengamos, antes terminaremos la guerra», declaró Dianov al periodista Oleksiy Sujanov.

«Cuantas más armas americanas tengamos, antes terminaremos la guerra»

Tras relatar su operación y su encuentro con su familia, esbozó sus próximos pasos una vez que pueda recuperar la movilidad de su brazo derecho. Aseguró que le gustaría reengancharse a la guerra. Aunque, según Dianov, la Convención de Ginebra no le permite participar en un conflicto en el que has sido prisionero, afirma que está dispuesto a «cambiar» su apellido para luchar.

Entre los anhelos futuros del excombatiente una vez concluida la guerra, está el de vivir en Ternópil y abrir un pequeño taller metalúrgico. Dianov descarta por completo entrar en política, como han hecho otros veteranos de guerra, porque asegura eso no es lo suyo. Cuando se le pide que describa a Rusia en tres palabras, responde: «Materia gris degradada». Tampoco rehúsa abordar un delicado tema familiar, su relación con sus abuelos, que viven en Rusia y defienden a Putin: «No tengo comunicación con ellos, y nunca me pondré en contacto con ellos. He puesto el último clavo a ese ataúd», sentencia durante la entrevista.

La generosidad de Dianov ha quedado patente durante los últimos meses pues ha donado a otros soldados ucranianos heridos grandes cantidades del dinero que habían sido recaudadas para su operación, cuyo coste asumió Ajmetov: «Tengo más suerte que muchos chicos. Muchas personas respondieron para ayudarme. Y ahora tengo la oportunidad de recuperar mi brazo. Sueño que puedo ayudar a otros muchachos de la misma manera», ha señalado en las redes sociales.

Kateryna Polishchuk ('Ptashka'), paramédico voluntaria, perdió a su prometido en la guerra

Sigue cantando canciones patrióticas y sensibilizando al mundo sobre la situación de Ucrania

Kateryna Polishchuk interpretó el himno nacional de Ucrania antes del partido de fútbol entre el Shakhtar y el Dynamo el pasado mes de octubre. FCSHAKHTAR

Kateryna Polishchuk, nacida en 2001, es poeta y actriz. Graduada en canto, cambió las partituras por la asistencia sanitaria, convirtiéndose en paramédica voluntaria de la Guardia Nacional de Ucrania. Se hizo popular al colgar en las redes sociales, mientras estaba en Azovstal, algunas canciones patrióticas ucranianas ('Nacimos en una gran hora' o 'No tenemos miedo de la opresión roja'), lo que le valió el sobrenombre de Plashka, que en ucraniano significa pájaro.

«Cuando era difícil, cantábamos. Cuando daba miedo, cantábamos. Cuando parecía el fin, cantábamos. Y trabajamos. Las veinticuatro horas del día, desinteresadamente, sin parar», escribió Polishchuk en sus redes sociales tras ser liberada. «La desesperación fue ahuyentada por los herrajes, la desesperación por la hermandad, la fatiga por el poder de la tierra natal, la piedad por la fe en el pueblo de Ucrania. Allí luchamos. Contra. Pero ahora lucharé por los militares ucranianos, por el futuro de los verdaderos héroes y por cada prisionero de guerra que debe volver a casa. Canto mientras viva. Vivo mientras lucho. Mi arma es una canción».

Polishchuk pasó casi cinco meses en cautiverio ruso, hasta que fue liberada a finales de septiembre en el marco de un intercambio de prisioneros. Ahora viaja por toda Europa para recabar apoyos para los que están en el frente. Como otros defensores de Azovstal liberados, ha colgado post en sus redes sociales compartiendo sus vivencias más dolorosas, como la muerte de su prometido, por el que ha clamado venganza: «La guerra te dio a mí, y me mostraste lo que es el verdadero amor, la lealtad y el hermanamiento. Lo que significa ser un verdadero guerrero, compañero y amigo. Me enseñaste a ser fiel a mi guerra, y te alejó de mí. Desde el cielo me enseñaste a ser fuerte, inquebrantable, irrompible por nada, acero. No te gustaba cuando lloraba y me rendía. Y no lloro, lucho por los dos bajo tu protección», compartió en Instagram el pasado mes de noviembre.

Durante los últimos meses también ha realizado una gira internacional para contar su experiencia como paramédico en Mariúpol, donde ha asegurado que los rusos realizaron un «genocidio, destruyendo escuelas, hospitales… Y donde las cifras oficiales de muertos no se corresponden con la realidad». En diciembre viajó a Bruselas para asistir a una exposición de fotografías realizadas durante el asedio por Dmytro Kozatskyi, 'Orest'. Las imágenes, que se hicieron virales después de que Kozatskyi las publicara en las redes sociales, muestran la resistencia, la desesperación y la soledad de los soldados ucranianos durante el brutal asedio: hombres barbudos, con los miembros amputados…

«Estas fotos evocan emociones de orgullo por el ejército con el que estuve codo con codo, por los chicos que resistieron pase lo que pase», explicó Polishchuk a Euronews en Bruselas. «Estas fotos evocan el recuerdo de la heroica lucha de personas heroicas, algunas de las cuales están en cautividad, algunas de las cuales, por desgracia, ya no están con nosotros», lamentó la paramédico.

El pájaro ucraniano ha realizado durante estos meses varias apariciones sorpresa -partidos de fútbol, en el metro y las plazas de Kiev- en las que ha interpretado el himno nacional y canciones patrióticas ucranianas.

Condecorada por el Gobierno de Zelenski y por su región natal, Ternópil, en 2022 fue incluida en la calificación '30 menores de 30: Rostros del futuro', de la revista 'Forbes'.

Dmytro Kozatsky, oficial de prensa del Regimiento Azov

Acusado de 'filonazi', la polémica ha perseguido la exposición de sus fotografías sobre el asedio

Kozatsky con el actor y director Sean Penn en Nueva York el pasado mes de noviembre TWITTER

«En mi primer día en casa, fui a una barbería, me corté el pelo y me afeité. Nunca quise parecer una víctima», confesó Dmytro Kozatsky ('Orest'), oficial de prensa del Regimiento Azov, el pasado mes de octubre a los fotógrafos documentales ucranianos Kostyantyn y Vlada Liberov.

Kozatsky se dio a conocer tras publicar en las redes sociales las imágenes descarnadas recogidas con su cámara durante el asedio de Azovstal. Orest fue uno de los miembros del Regimiento Azov que tras ser liberados fueron enviados a Turquía, y que según el acuerdo alcanzado por Rusia con el Gobierno de Erdogan, mediador en la liberación, debía permanecer en ese país. Sin embargo, en los últimos meses ha participado en varios actos y expuesto estas imágenes, que pertenecen a la serie 'La luz vencerá' publicada en numerosos medios occidentales y que fueron galardonadas en los Premios Internacionales de Fotografía.

Imágenes de los héroes de Azovstal durante el asedio

Galería. Imágenes de los héroes de Azovstal durante el asedio Dmytro Kozatsky ('Orest')

Tras ser deportado a Turquía, Orest ha salido del país para participar en algunos eventos y realizar varias exposiciones internacionales, una de ellas en Barcelona. En esta ciudad la muestra fue clausurada antes de tiempo por las acusaciones de algunas personas que denunciaron los vínculos 'filonazis' del soldado-fotógrafo.

La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), organizadora de la muestra 'Volya Libertad' que se inauguró el 13 de octubre en la biblioteca Gabriel Ferraté, decidió cancelarla en noviembre tras recibir varias quejas de personas alegando que el autor simpatizaba con el nazismo. La UPC expresó a través de un comunicado que «desconocía la ideología de la persona que firma» las imágenes y su rechazo «radical» al nazismo.

Ese mismo día, según recogió la web 'Hiperallergic', el periodista ucraniano prorruso Anatoly Shariy había compartido varias capturas de pantalla de las publicaciones de las redes sociales de Kozatsky en Telegram que contenían símbolos neonazis. Kozatsky, por su parte, negó todas las acusaciones, afirmando que todo era parte de una campaña de desprestigio más amplia. Argumentó que las fotos se tomaron fuera de contexto y que pretendían ser una «burla» de las acusaciones de Rusia de que Ucrania está invadida por neonazis. «Entiendo que estas fotos pueden haber causado indignación, quiero disculparme por ello», escribió Kozatsky en su cuenta de Twitter. «Cuando las tomé, no me di cuenta de cómo se usarían».

Orest tuvo que enfrentarse a más protestas cuando participó en la presentación del documental británico 'Freedom on Fire: Ukraine's Fight For Freedom' (2022) en esas mismas fechas en el Festival DOC NYC, que se celebraba en Nueva York. El teatro que acogía el festival, tras conocer las acusaciones de Anatoly Shariy, retiró cualquier mención a Kozatsky.

Denys Prokopenko, comandante del Regimiento Azov

Deportado a Turquía y condecorado por Zelenski

Denis Prokopenko, el pasado mes de octubre en Turquía, donde se reunió con su familia y fue condecrado por Zelenski PRESIDENCIA DE UCRANIA

Histórico líder de los ultras del Dínamo de Kiev, Denys Prokopenko es teniente coronel en la Guardia Nacional de Ucrania, y desde 2014 es comandante del Regimiento Azov. Entrenado como raider (fuerzas de asalto), se calcula que tiene 30 años y antes de la guerra con Rusia llevaba años en primera línea contra el Donbass prorruso. Según ha recogido algún medio, el presidente ruso, Vladímir Putin, lo desprecia, y el líder checheno Kadyrov ofreció millones por su cabeza.

En cierto momento del asedio, se especuló con su muerte, pero un vídeo lo desmintió: «Soy Denis Prokopenko, el comandante del Regimiento Azov, que ha estado participando en la defensa de Mariúpol con todas sus fuerzas durante casi tres semanas. La ciudad está completamente rodeada desde el 1 de marzo».

El 19 de marzo de 2022, el presidente Volodímir Zelenski, le otorgó el título de Héroe de Ucrania por su participación en el sitio de Mariúpol junto al comandante de la 36.ª Brigada de Infantería de Marina, el teniente coronel Volodymyr Baranyuk.

Prokopenko fue el encargado de grabar un mensaje en el que confirmaba que el comando militar les había ordenado salvar la vida de los defensores y dejar de defender Mariúpol. «La población civil fue evacuada, los heridos graves recibieron la asistencia necesaria y pudieron ser evacuados con el posterior intercambio y entrega al territorio controlado por Ucrania. En cuanto a los héroes muertos, el proceso continúa. Pero espero que en un futuro cercano los familiares y toda Ucrania puedan enterrar a sus soldados con honores».

Los líderes del Regimiento Azov, el pasado 3 de octubre, acompañados por sus familias tras ser galardonados PRESIDENCIA DE UCRANIA

Apresado por los rusos, fue uno de los liberados el 21 de septiembre de 2022. El 3 de octubre, junto a otros cuatro mandos del Batallón Azov, fue condecorado por el Gobierno de Zelenski en Turquía donde deberá permanecer hasta el final del conflicto, bajo la protección del Gobierno de Erdogan. Los otros cuatro mandos del Regimiento Azov que permanecen en Turquía y también fueron condecorados por el Gobierno ucraniano son Svyatoslav Palamar 'Kalyna', lugarteniente de Prokopenko; Oleg Khomenko, Denys Shleha y Sergiy Volynsky ('Volyna').

En el acto, en el que estuvo presente la primera dama Olena Zelenska y participó el presidente Zelenski por videoconferencia, el jefe de la Oficina del presidente, Andriy Yermak, hizo entrega de la Orden de la Estrella Dorada a los militares, que recibieron el título de Héroe de Ucrania.

Unos días más tarde, el 26 de octubre, el Regimiento Azov recibió otro reconocimiento al ser inaugurada una calle con su nombre en la capital ucraniana.

Mykhailo Vershinin, jefe de la Policia de Patrulla de Mariúpol

Espera poder estar en Donetsk cuando esta sea liberada del dominio ruso

El periodista ucraniano Denys Kazanskyy publicó esta foto de Mykhailo Vershinin (derecha) tras ser liberado en septiembre de 2022 TWITTER

«Si no nos entrenamos, moriremos», asegura Mykhailo Vershinin, un exempresario que se unió voluntario al Ejército ucraniano cuando empezó el conflicto en 2014, después fue jefe de la Policía de Patrulla en Mariúpol y defensor en Azovstal.

«Creo que esta guerra durará mucho tiempo. Todavía tendremos tiempo de luchar en todas partes, y basándonos en esto, lo elemental y más importante es que si no nos entrenamos, moriremos todos. Esto se aplica a todos», aseguraba hace unas semanas Vershinin en una entrevista que fue realizada el pasado mes de diciembre por el medio 'Frontline' en una gasolinera cerca de la localidad ucraniana de Dnipro.

Vershinin, que era empresario, decidió unirse a las Fuerzas Armadas de Ucrania cuando comenzó la guerra de Donbass en 2014. Después se trasladó a Mariúpol, donde eligió servir como jefe de la Policía de Patrulla. Después participó en la defensa de Azovstal.

Como otros militares, tras deponer las armas fue detenido y trasladado a Olenivka, donde estuvo a punto de perder la vida. «Si no te hubiéramos sacado, habrías muerto en dos días», le dijo el médico. Vershinin sufría una sinusitis frontal avanzada, por lo que tuvo que someterse a una intervención en la cabeza en Kiev. «Fue un milagro que me sacaran». Cree que el hecho de haber sido mediático durante su defensa de Mariúpol y Azovstal le puso en la diana -también agravó su situación que hubiera luchado en el Donbass en 2014- de ahí que abogue por evitar dar demasiada publicidad a las historias heroicas de los militares hechos prisioneros.

Vershinin, segundo por la derecha, con miembros del Regimiento Azov tras ser liberados el pasado mes de septiembre TWITTER

«Me llevaron (a Olenivka) para matarme. Precisamente porque era una persona mediática. No puedes crear un héroe. Esto eleva su precio, y tenemos que proteger a la gente tanto como sea posible», sostiene durante la entrevista, en la que relata la dureza de las condiciones que vivió en Azovstal durante el asedio, y el trato que recibió durante el cautiverio.

«Me llevaron (a Olenivka) para matarme. Precisamente porque era una persona mediática. No puedes crear un héroe porque elevas su precio»

Aunque todavía no le han dado de alta los médicos, asegura que está haciendo todo lo posible por recuperarse. «Ya he recogido el 90% de mi munición y equipo, que no tenía porque salí en zapatillas, pantalones y camiseta. Si algo empieza ahora no estoy del todo preparado, pero ya puedo moverme. Tengo algo que ponerme, algo con lo que disparar».

Todos los sábados y domingos va al campo de tiro y practica con un AR, «con el que trabajo mi mecánica y motricidad. Porque un Kalash (Kalashnikov) es un Kalash, y un AR es un arma con un nivel y unas habilidades diferentes», matiza. «Tengo un HM Defender, un 'americano'. Por cierto, fue un regalo al salir, ¡y estoy jodidamente agradecido por ello!», presume. Su sueño es volver a Donetsk, y estar presente cuando sea liberada de la ocupación rusa. «No quiero que ese acontecimiento se celebre sin mí».

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